El Eco de las Espadas

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Introducción publicación por entregas:

«EL ECO DE LAS ESPADAS»

Asociación de personas mayores Peña el Pardo

 

Revista Histórica y Cultural

«Entre la piedra y la fe, una fortaleza escribe su destino»

Bienvenidos, lectores, a un viaje que atraviesa los siglos y resucita los ecos de una época donde la fe, el hierro y la ambición tejieron el destino de un reino. En las páginas que siguen, presentamos el primer adelanto de «El Eco de las Espadas», una novela histórica que sumerge sus raíces en la Baja Edad Media castellana, en ese territorio agreste y fronterizo que hoy conocemos como Castilla-La Mancha.

¿Qué secretos guardan las murallas del castillo de Moya?

En un mundo donde las órdenes militares —Santiago y Calatrava— pugnaban por el control de rutas sagradas y tierras baldías, un hombre, Juan González de Roa, primer señor de Moya nombrado por Alfonso VIII, carga sobre sus hombros el peso de una misión imposible: sostener la unidad de su gente mientras el reino se fractura. Su historia, rigurosamente documentada, pero narrada con la pasión de la ficción, es el hilo que nos guía a través de intrigas palaciegas, batallas espirituales y la silenciosa resistencia de los peregrinos que, bajo la sombra de la Ruta de la Veracruz, buscaban redención.

¿Por qué desapareció un pueblo entero?

Entre estos muros, la devoción mariana —encarnada en vírgenes aparecidas como la de Tejeda o Santerón— se entrelaza con leyendas templarias nunca confirmadas, pero imposibles de erradicar. Aquí, los setenarios de siete días (modernos), consagraban la fe en ermitas perdidas, mientras los campesinos de Casas de Garcimolina (hoy apenas un eco en los archivos), labraban su supervivencia entre el olvido y la repoblación.

Una trama coral,1 un misterio histórico

Esta obra, estructurada como un tapiz de voces —caballeros, artesanos, peregrinos como el misterioso Herminio, cuyo mimbre simboliza la fragilidad humana—, alterna, eventos históricos verificables con relatos íntimos que desafían el tiempo. ¿Qué ocurrió realmente entre 1284 y 1292, cuando Moya fue arrasada y sus emblemas borrados? ¿Por qué la Orden de Calatrava perdió el control frente a Santiago? Y, sobre todo, ¿quién traicionó a quién?

En esta primera entrega, descubrirán:

  • El Castillo de Moya: bastión entre dos mundos, donde el viento aún susurra las plegarias de los caídos.
  • La sombra de los Templarios: aunque no hay pruebas de su presencia, su herencia late en rituales y símbolos.
  • La emboscada en el nogueral: un joven caballero, Álvaro, enfrentará su primera prueba de sangre en defensa de los peregrinos.

«El Eco de las Espadas» no es solo una novela: es una invitación a caminar por senderos olvidados, donde cada piedra, cada documento rescatado del silencio (como el Censo de Pecheros de Carlos I que menciona por primera vez a Garcimolina), nos habla de un mundo que creíamos perdido.

Queridos lectores, os invitamos a un viaje por los caminos olvidados de la Serranía Baja conquense, donde la historia y la leyenda se entrelazan en cada piedra. «El Eco de las Espadas» no es solo una novela histórica: es una puerta abierta a ese territorio agreste y fronterizo que se extiende entre las agrestes sierras de Moya, los venerados santuarios de Santerón y Algarra, y las humildes aldeas que, como Garcimolina, Santo Domingo de Moya o Fuentelespino, resistieron el paso de los siglos.

¿Reconocéis estos parajes?

Quizá os suenen sus nombres, evocadores y misteriosos, como ecos de un pasado que aún late en fuentes escondidas, en ruinas de ermitas y en senderos que serpentean entre sabinares. Esta es la tierra que pisaron los caballeros de Calatrava y Santiago, donde los peregrinos de la Ruta de la Veracruz buscaban refugio, y donde pastores y labriegos tallaron su existencia entre la devoción y la supervivencia.

El Castillo de Moya, erguido sobre su cerro como un centinela de piedra, domina este paisaje áspero y bello. Desde sus almenas se divisan los caminos que llevan a Santerón, con su ermita mariana rodeada de leyendas; a Algarra, donde las romerías tejían comunidad, y a esos pequeños mundos —Santo Domingo, Fuentelespino—, cuyas fuentes y majadas fueron testigos mudos de historias cotidianas y extraordinarias.

¿Qué secretos guardan estos andurriales?
En «El Eco de las Espadas», cada lugar tiene su voz:

  • La Casa de García Molina, una simple granja perdida en los documentos, que esconde la tenacidad de quienes repoblaron estas tierras.

  • Los bosques de nogueras y sabinas, donde bandidos y peregrinos se cruzaban en noches de luna menguante.

  • Las fuentes y lavaderos, puntos de encuentro donde se compartían noticias, temores y esperanzas.

Esta es una historia de frontera, donde lo sagrado y lo profano se mezclan: las apariciones de vírgenes en encinares, los setenarios (ya modernos para esta historia), en ermitas aisladas, y las luchas entre órdenes militares por controlar no solo tierras, sino almas.

¿Por qué importa hoy esta historia?
Porque estos parajes —aunque hoy algunos sean apenas un recuerdo— moldearon la identidad de una región. En sus piedras, en sus documentos y en su tradición oral, encontramos las raíces de una resistencia callada: la de quienes, como el maestre Juan González de Roa o el caballero Álvaro, eligieron la lealtad a sus ideales frente a la conveniencia.

En esta primera entrega, descubriréis:

  • El Castillo de Moya en su esplendor, cuando sus muros albergaban tanto a señores como a pastores.

  • La ermita de Santerón, faro espiritual en un territorio peligroso.

  • La granja de Garcimolina, ejemplo de cómo la vida se abría paso, incluso en tiempos de guerra.

«El Eco de las Espadas» es una invitación a recorrer, con rigor histórico y pulso narrativo, esos lugares que, aunque os suenen lejanos, son parte de vuestra memoria. Porque la historia no solo se escribe en grandes ciudades, sino también en estos rincones donde el viento aún susurra nombres como Moya, Santerón, Algarra y Garcimolina …

¿Están preparados para oír el eco?

 

Continúa en el próximo número:

(«La noche en que don Juan González de Roa decidió morir de pie»).

 


Nota del editor:

Esta obra ha sido investigada con fuentes primarias, desde crónicas medievales hasta registros arqueológicos del cerro de Moya. Cada entrega irá acompañada de un anexo con documentos históricos para los lectores más exigentes.

Para no ser reiterativos, se han publicado todas las fuentes consultadas de un sola vez, al pie del documento, es la bibliografía total.

 


PIE DE PÁGINA

  1. Narrativa coral:

    Se refiere a un enfoque de narración donde la historia se relata por medio de diferentes voces o narradores, en vez de apoyarse en un solo punto de vista. Cada personaje, comúnmente desempeñándose como el personaje principal, proporciona una perspectiva singular de los acontecimientos, lo cual facilita la elaboración de una narración polifónica y enriquecida por la diversidad de experiencias y emociones. Este enfoque fomenta una interpretación más exhaustiva y minuciosa de la historia, dado que los sucesos se presentan desde múltiples puntos de vista, lo cual realza la complejidad y la autenticidad de la narrativa.

  2. Fungir:

    Desempeñar un empleo, cargo o función. “Desempeñar una función, a veces sin tener el nombramiento preceptivo”.

  3. Setenarios:

    Agrupaciones simbólicas de siete elementos en contextos espirituales o teológicos, destacando la relevancia del número siete, como símbolo de plenitud y perfección. Tradición cristiana, mística medieval; estas estructuras organizaban conceptos clave en grupos de siete, mostrando un marco para la reflexión y el crecimiento espiritual.

    1. Los siete dones del Espíritu Santo: Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
    2. Las siete virtudes: fe, esperanza, caridad, prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
    3. Los siete pecados capitales: Soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
    4. Las siete bienaventuranzas: Interpretadas a partir del Sermón del Monte.
    5. Las siete peticiones del Padrenuestro: Cada una se considera un antídoto espiritual frente a los pecados o debilidades humanas.
  4. Orden del Temple:

    Conocida como los Caballeros Templarios. Fundada en 1119 por Hugo de Payns tras la Primera Cruzada, su misión original era proteger a los peregrinos cristianos en Tierra Santa.

  5. Los pecheros:

    Eran individuos pertenecientes al tercer estamento en la España del régimen antiguo, no pertenecientes a la nobleza ni al clero, y estaban obligados a abonar tributos directos a la Corona española. El término viene de “pecho” o “pecha” (tributos medievales). Principalmente, eran agricultores, artesanos y residentes de villas, cuya situación tributaria no se basaba en su riqueza, sino en su obligación de contribuir.

  6. Alfoz:

    Se trataba de un término de la era medieval que se utilizaba para referirse a un territorio rural bajo la jurisdicción de una villa principal, en el que se congregaban diversas aldeas. Poseía responsabilidades fiscales, judiciales y militares, desempeñando un papel crucial durante la Reconquista.

  7. Señorío de realengo:

    Tierras bajo control directo del rey, en contraposición a las tuteladas por nobles o la Iglesia, el monarca podía concederlas por merced o venta.

  8. Vísperas:

    Los miembros de la Orden de Santiago practicaban un rito denominado la Plegaria del Caballero, que se sincroniza con las horas canónicas de la Iglesia. Rezaban en momentos específicos del día. Laudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. La misa conventual y la liturgia de las horas, pilares esenciales en su vida espiritual.

  9. Prácticas de armas abiertas

    En los castillos de las órdenes militares solían realizarse, en espacios amplios y despejados dentro del recinto fortificado, como el patio de armas. Este era el corazón del castillo, una gran explanada central donde los caballeros entrenaban en combate cuerpo a cuerpo, manejo de espadas, lanzas, arcos y tácticas de formación. Además del patio de armas, algunos castillos contaban con terrazas exteriores o explanadas cercanas que también se usaban para ejercicios ecuestres y simulacros de batalla. Estos entrenamientos eran esenciales para mantener la disciplina y la preparación militar de los caballeros, guerreros altamente entrenados.

  10. Pertenencia a un grupo:

    Es cuando un individuo se siente parte de un conjunto de personas que comparten algo en común: afición, cultura, ideología, actividad o una edad…

  11. Bordón:

    Cayado largo de madera que sirve de apoyo durante el camino y tiene un significado simbólico en la peregrinación. Su uso se remonta a la Edad Media y suele estar coronado por un puño del que cuelga una calabaza.

  12. Limosnera: 

    Típica de la época, era un recipiente sencillo, a menudo de tela o cuero, que servía para llevar la limosna que se recogía de donantes.

  13. Ucronías:

    Relatos que imaginan cómo habría sido la historia si un hecho del pasado hubiera ocurrido de forma diferente. Es decir, son reconstrucciones ficticias de la historia basadas en un punto de divergencia.

  14. La Carola:

    Danza medieval en círculo, acompañada por el canto de los propios bailarines. Aunque no se han conservado partituras específicas, los instrumentos que solían acompañar este tipo de danzas incluían:

    1. Tamboriles: Marcaban el ritmo con golpes constantes.
    2. Flautas dulces: Añadían melodías suaves y fluidas.
    3. Cornamusa: Un instrumento de viento similar a la gaita, con un sonido potente.
    4. Chirimía: Antecesora del oboe, con un timbre agudo y expresivo.
    5. Laúd: Instrumento de cuerda pulsada que aportaba armonía.
    6. Castañuelas: Utilizadas para marcar el ritmo con percusión manual.

 


CRONOLOGÍA DE LAS ÓRDENES MILITARES

Orden de Santiago (1210 – 1300)

  • Justificación: Tras la conquista de Moya por Alfonso VIII de Castilla en 1210, la villa y su castillo fueron entregados a la Orden de Santiago para su defensa y repoblación de la frontera con al-Ándalus. Es el dominio más largo y estable.
  • Evidencia: Documentos reales de donación y confirmaciones posteriores de la posesión Santiaguista.

Orden de Montesa (1300 – 1304)

  • Justificación: Mediante una bula papal (Sane Considerante) del Papa Bonifacio VIII (11 de julio de 1297), se autorizó al rey Jaime II de Aragón a crear la Orden de Montesa y asignarle los bienes de la disuelta Orden del Temple en la Corona de Aragón. Sin embargo, Jaime II formalizó la cesión de Moya (que era castellana, no aragonesa) a Montesa en 1300, buscando fortalecer esta nueva orden en la frontera.
  • Fecha exacta de finalización:
  • Justificación: La cesión de Moya (territorio castellano) a una orden aragonesa (Montesa), generó un conflicto diplomático entre Castilla y Aragón. Mediante el Tratado de Torrellas (8 de agosto de 1304), que fijaba las fronteras entre ambos reinos, Jaime II de Aragón acordó devolver Moya a Castilla.
  • Evidencia: Bula papal de 1297, documentos reales aragoneses de cesión a Montesa (1300) y texto de la sentencia arbitral del Tratado de Torrellas (1304).

Fin del dominio directo de las órdenes militares (1304 en adelante).

  • Justificación: Cumpliendo el Tratado de Torrellas, la Orden de Montesa, dejó Moya, que volvió a la Corona de Castilla bajo el rey Fernando IV.
  • A partir de entonces, Moya fue gobernada por señores laicos nombrados por el rey (Señorío de Realengo 7), aunque mantuvo vínculos históricos con Santiago y tuvo Comendadores santiaguistas en su territorio. Nunca más volvió a estar bajo el dominio directo de una orden militar como villa propia.
  • Evidencia: Aplicación del Tratado de Torrellas y aparición de tenentes.

 

Conflictos que marcaron la región

  • Guerra Civil Castellana (1366–1369): Moya fue escenario de enfrentamientos entre los bandos de Pedro I «el Cruel» (apoyado por Inglaterra) y su hermanastro don Enrique de Trastámara (respaldado por Aragón y Francia). La guerra dejó la zona devastada y sembró el caos institucional. Las órdenes Militares, tanto la Orden de Santiago como la de Calatrava, intentaron hacerse con el control de Moya, aprovechando su valor defensivo y su ubicación clave en las rutas entre Castilla y Aragón.
  • Consecuencias para la población, el auge del bandolerismo. Tras conflictos como la Guerra de los Dos Pedros (1356–1369), muchos soldados y mercenarios quedaron sin paga ni señorío. En la Baja Sierra esto se tradujo en: Grupos armados itinerantes, no eran ejércitos regulares, sino bandas de excombatientes desmovilizados, mercenarios sin contrato.


BIBLIOGRAFÍA

  1. Alfonso X el Sabio

    Primera Crónica General de España (c. 1270-1284). Fundamental para el contexto político y militar de la Castilla del siglo XIII.

  2. Fuero de Cuenca

    Ed. crítica de Rafael de Ureña y Smenjaud (1935). Base jurídica de la repoblación y organización territorial en la región.

  3. Chronica Latina Regum Castellae:

    Ed. Luis Charlo Brea (1999). Relatos contemporáneos sobre Alfonso VIII y Enrique I.

  4. Martínez Díez, Gonzalo

    Los templarios en los reinos de la Península Ibérica. Ed. Cátedra. (1993).

  5. Ruiz Gómez, Francisco

    Los orígenes de las órdenes militares y la repoblación de los territorios de La Mancha (CSIC, 2003). Análisis del papel de Santiago y Calatrava en la consolidación territorial.

  6. Doménech, M. Ángeles (2005)

    Religiosidad popular y santuarios en la Serranía Baja de Cuenca. Diputación Provincial de Cuenca.

  7. Sánchez Garzón, Alfredo (2006)

    Santuario de la Virgen de Tejeda en Garaballa. Ed. Comarcal.

  8. Doménech, M. Ángeles (2005)

    Religiosidad popular y santuarios en la Serranía Baja de Cuenca. Diputación de Cuenca.

  9. Llop Domingo, J. V. (1997)

    Ermitas y espiritualidad mariana en el Alto Turia.

  10. Archivo Parroquial de Moya y Libros de Fábrica de Garaballa y Garcimolina

    Contienen referencias a los orígenes legendarios y primeros cultos.

  11. Sanz y Díaz, José

    Historia de la muy noble y leal villa de Moya (Ed. Añil, 1947). Crónica local con documentos sobre Juan González de Roa.

  12. VV. AA. (2011)

    Marianismo rural en la península Ibérica: ritos, caminos y ermitas. Universidad de Castilla-La Mancha.

  13. Vauchez, André

    La espiritualidad del Occidente medieval (Cátedra, 1995). Contexto sobre devociones populares (vírgenes aparecidas, setenarios).

  14. Castro, Caridad, Pepe

    Peregrinos en la España medieval. (Ediciones Nowtilus, 2010). Rutas alternativas, hospederías y simbolismo espiritual.

  15. Almagro Gorbea, Martín

    El castillo de Moya, arqueología de fortaleza medieval (Diputación de Cuenca, 2015). Estudio arquitectónico y estratigráfico del bastión.

  16. Retuerce Velasco, Manuel

    La Serranía Conquense en la Edad Media. Poblamiento y estructura social (AACHE Ed., 2009). Asentamientos como Casas de Garcimolina.

  17. Primera mención documental de «La Casa de García Molina». Censo de pecheros de Carlos I, 1528.

    Tomo I, pág.: 133 https://ine.es/prodyser/pubweb/censo_pecheros/tomo1.pdf

  18. Archivo municipal de Moya, 1380-1400, Pedro López de Ayala

    bub_gb_9-s97PAswgsC.pdf

  19. Real Academia de la Historia

    https://bibliotecadigital.rah.es/es/consulta/registro.do?id=12781

  20. Recursos digitales
    1. https://gw.geneanet.org/foullon?lang=es&n=de+roa&p=juan+gonzalez+de+roa
    2. https://palomatorrijos.blogspot.com/2020/04/juan-gonzalez-de-rosa-senor-de-moya-y-de.html
  21. Documentos de órdenes militares

    Archivo Histórico Nacional (Madrid). Sección órdenes Militares (Santiago, Calatrava).

    1. Pergaminos y cartularios: encomiendas en Cuenca y Moya (siglos XII-XIV).
    2. Consultas sobre posesiones en la zona oriental de Cuenca. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=50989

 

 

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