Ademuz es una localidad y municipio situado en la comarca del Rincón de Ademuz, en la provincia de Valencia, en la comunidad autónoma de la Comunidad Valenciana, en España. Es una zona de montañas y bosques, situada cerca de la frontera entre Valencia y Teruel.
Ademuz es conocida por su rica historia y patrimonio cultural, incluyendo su Castillo de origen árabe y su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Huerta. También es conocida por su gastronomía, especialmente su embutido de panceta curada y ahumada, conocido como panceta de Ademuz.
Ademuz es un destino popular para aquellos que buscan un ambiente tranquilo y rural, así como para los amantes de la naturaleza, que pueden disfrutar de actividades como el senderismo, la pesca y la caza.
La Peña el Pardo es uno de los sitios emblemáticos de Garcimolina.
Su formación se produjo hace millones de años como consecuencia de la erosión del agua. En este artículo puedes encontrar una explicación detallada sobre su origen.
En su interior existen diversas zonas escalables sin ayuda de utensilios, que habitualmente son escaladas por lugañeros y por turistas.
En esta entrevista, Vicente Gabaldón (GEOSEN) nos da muchas claves sobre su formación.
Siglo XVIII, con planta de cruz latina, y de estilo Renacentista temprano
Realizada en su totalidad de mampostería con esquinales, ventanas y puerta de sillares de buena factura. La puerta de entrada, de encina con cuarterones de dos hojas.
Durante la guerra civil española de 1936, sufrió la quema de todos sus objetos, imágenes y ornamentos y se utilizó como caballeriza.
Las campanas rotas en la guerra, son refundidas en el año 1941 y bautizadas de nuevo.
La grande con el nombre de Juana: padrinos, Crescencio y Victoriana
La pequeña Carmen: padrinos, Juan Pérez y Genoveva.
En el año santo Mariano 1987 – 1988, según consta en la inscripción actual de la campana grande; ésta, fue refundida de nuevo al estar rota por una grieta vertical. Desapareciendo el nombre original de Juana, con el que fue bautizada en 1941. El gasto se sufrago por aportación popular, siendo cura párroco Don Juan García Gorgojo, por la fundición de Salvador Manclús de Valencia.
La espadaña del campanario, fue reformada a finales del siglo XX
Puerta de acceso al templo, con un arco de sillería de medio punto, y en forma de herradura.
Por dentro conserva cierto primitivismo, con frescos en paredes, cubiertos por pintura que los oculta parcialmente, en posteriores reformas, en la década de los años 60 del siglo pasado. Originariamente con un púlpito cerca de la puerta de la sacristía y hoy desaparecido.
Baptisterio:situado al frente a la izquierda y sobre una base elevada, encontramos la pila de piedra bautismal, ubicada sobre un pedestal.
Izquierda de la entrada y junto a la esquina de ambos muros; nace una pequeña escalera, que asciende y acaba en el piso superior, en el balcón del coro.
La nave principal, amueblada con bancos largos de madera. El pasillo termina en una alfombra, que da paso, a una plataforma escalonada sobre la que destaca el altar, sobre ésta; se halla el ambón: (donde se apoya el libro que contiene la Palabra de Dios), y desde allí, se leen las lecturas bíblicas durante la misa.
En la cabecera del ábside o testero plano; encima del Sagrario, enmarcado por dos columnas y un dintel. Hay un Cristo Crucificado y en un rincón a la derecha, la Virgen de Fátima, donados por Mariano Muñoz después de la guerra. Sobre el dintel y casi en la cúpula una pequeña hornacina con San Miguel.
A la izquierda en la pared San Miguel (original), talla deteriorada en su día y financiada la reforma por la familia Ramírez, sobre los bancos de delante y encima de unas andas, está San Juan patrón de Garcimolina, en honor del cual, se erigió el templo.
La puerta de la sacristía de cuarterones, a la derecha del altar, enmarcada por tres grandes sillares; el dintel roto por el centro.
Entre la sacristía y la puerta de entrada de la nave está ubicada la imagen de San Isidro.
Las trincheras de la Moracha, son unas trincheras situadas en el termino municipal de Casas de Garcimolina, un pequeño pueblo situado en la Serranía Baja de Cuenca. Dicho pueblo está situado a alrededor 140 kilómetros de Valencia y 110 de Cuenca. La construcción de dichas trincheras data del verano de 1938, en mitad de la Guerra Civil española. Desde su posición estratégica, no sólo se controlaba el tráfico que se dirigía a localidades vecinas, sino que también podría considerarse como una continuación de la línea XYZ, una red de trincheras cuya función era proteger a la ciudad de Valencia, y que hoy en día se considera que va desde la localidad valenciana de Almenara hasta Santa Cruz de Moya.
Su construcción, se llevó a cabo con ayuda de las caballerías de pueblos cercanos por milicianos que tuvieron que escapar de otros pueblos. En ella, se aprovechan las estribaciones del terreno y los materiales presentes en el lugar, fundamentalmente la piedra, que todavía se conserva en pie. Afortunadamente, las trincheras de la Moracha nunca tuvieron que utilizarse. Dicho hecho, nos permite a día de hoy sumergimos en la Historia de nuestro país, ya que a pesar del paso de los años, todavía se conservan bastante bien. Sin embargo, hay que decir que hoy en día se tiene muy poca información sobre ellas. Ya que nadie ha estudiado seriamente su importancia en la Guerra Civil.
El Castillo de Moya es un castillo situado en la localidad de Moya, en la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, en España. El castillo se encuentra en lo alto de una colina y domina el paisaje circundante.
El Castillo de Moya fue construido en el siglo XIII, durante la época de la Reconquista, como una fortificación para proteger la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón. El castillo está construido en mampostería y cuenta con una torre del homenaje de tres pisos y varias torres defensivas.
El Castillo de Moya ha sido objeto de numerosas restauraciones y remodelaciones a lo largo de los siglos, y en la actualidad se encuentra en un buen estado de conservación. El castillo se puede visitar y desde su cima se pueden disfrutar de hermosas vistas del paisaje circundante, incluyendo el valle del río Júcar y las montañas de la serranía de Cuenca.
El Castillo de Moya es un importante patrimonio histórico y cultural de la región, y es un destino popular para aquellos que desean explorar la historia y la arquitectura de la región de Castilla-La Mancha.