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Mi querido Olmo:
Qué gracia nos haces cuando cuentas las conversaciones tan amenas que se escuchan antes bajo tu sombra en los corrillos después de las jornadas de las faenas del campo, y transcurrían, más o menos. así. ¿Ande vas chico?, o ¿Deande vienes?. Pos mira de allá del cerrito de la carrasca, pos han desvedao los gamones. O de echarles a los animales en la teñá de las pedrizas . . . Aquí no es así. Las conversaciones suelen transcurrir en clave muchas veces, y por eso no hay quien se entienda. Mira (Chamo) pués ahora se dice así «sabes» ya no se dice chico.
Tu llegas por ejemplo al Banco, o a cualquier otro sitio para ver como andan tus cosas y te dicen, más o menos. Bueno le sacaré un Q.C. 1, pero antes necesito el D.N.I. con el N.I.F. pues me lo exije la D.A. para ver si el I.R.T.P.F. ha sido abonado, una vez deducido el I.V.A., pues según la resolución de la U.E.M. en sesión de la U.B.E. recomienda al G.A.C. a través de su delegado en el P.D.P. nos rellene un impreso M.D., R.L. pues es necesario para el nuevo I.A.E. que está en vigor cuando el D.B. y el H.A.B.E.R. es negativo. ¿O.K.? ¿Te enteras, Chamo?. Dificílillo verdad, pues así pasa lo que pasa, que cuando uno dice en cristiano, buenos días, te responden buenas noches y te coge un cabreo que no veas.
Hablando de cabreo. Para cabreo gordo el que ha cogido el Currillo ese de la Expo de Sevilla. Sí hombre, sí. Ese que han cogido de mascota, y que tiene la nariz tan larga. Pues fijate tu si la cosa es para menos, que en pleno invierno le hacen pegarse un remojón en el río Guadalquivir para reflotar la Nao esa que a las primeras de cambio se les hunde el día de la botadura. Por eso se demuestra que la gran hazaña de navegar hasta América en aquellos tiempos fue algo muy gordo, pues sin tantos ingenieros y con cuatro palos ;Halal a cruzar el charco.
Por aquí continuamos con los cabreos, Chamo, pues llevamos un mes que no veas. ¿Tu conoces al que regentaba el bar de la Casa de Cuenca?, pues bien, se le cruzaron los cables, y una vez vencido el contrato de explotación y a pesar de las negociaciones que nuestros directivos mantenían para su continuidad, pues de la noche a la mañana va y nos deja sin el morrete con ajillo, ese al que estábamos acostumbrados a picar en mitad de las partidas de guiñote y j u lepe; pero como nuestra gente es (cojonuda) echaremos, si es preciso, el taleguillo, y la fiambrera con el huevo frito, tanto en cuanto no se resuelva el problema.
Bueno Chamo, sin otro particular sino que a través de estas publicaciones en nuestro «Boletín» seguiremos tus deseos y recomendación de que el próximo año sea próspero y feliz para todos los paisanos.
E. Verdad SEGUI
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